A esas curiosas coincidencias hay que añadir además que el bebé nacido en Bristol pesó seis libras y seis onzas (unos 2,89 kilogramos).
Encantada de la vida
La madre, una profesora llamada Suzanne Cooper, aficionada a las películas de terror, está encantada con los negros augurios que han marcado el nacimiento de su hijo.
Respecto a los malos presagios que puedan acompañar al pequeño, Cooper se encargó de disipar sospechas y aclaró: "es un bebé perfecto (...), no tiene nada que ver con Damien, de La profecía.
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